domingo, 21 de octubre de 2007

2.1.1. Importancia de la Riqueza Urbano Arquitectónica del Centro Histórico de Trujillo

Trujillo del Perú fue fundado en la tercera década del siglo XVI, cuando se iniciaba la expansión española en América del Sur. Más de cinco siglos después, la realidad muestra la visión de los fundadores al elegir el lugar de asentamiento, factor determinante en la implementación de su traza urbana, realizada siguiendo el patrón romano del cardo y decumano.
Arquitectónicamente, las edificaciones son una síntesis que muestra la interrelación y permanencia en el tiempo de la culturas española y la cultura nativa, testimonios del ingenio y creatividad mestizos expresados tanto en el planeamiento y distribución de edificaciones como en la decoración de superficies y la adopción de tecnologías constructivas como el adobe y la quincha.
A pesar de los desastres naturales manifestados en sismos y lluvias torrenciales, nuevas tipologías y mejoras constructivas fueron desarrollándose y enriqueciendo el paisaje urbano.

De este modo, y obviando las razones de sobra conocidas de las características comunes que prueban la importancia de los centros históricos, se puede, específicamente para Trujillo, sintetizar los siguientes puntos:


1. El Centro Histórico de Trujillo expresa una traza urbana y un desarrollo arquitectónico de características propias y reconocibles que pueden leerse como una creación local mestiza, que utiliza insumos, tecnología y elementos de aportes prehispánicos y europeos, dejando apreciar una simbiosis cultural manifestada en su creación, evolución y dinámica urbana.

2. Los diferentes procesos históricos e ideológicos desarrollados en la incipiente ciudad colonial, se manifestaron en la arquitectura y el urbanismo mostrando diversas adaptaciones formales y estilísticas originales que responden coherentemente a su contexto, que se leen semióticamente en la secuencia evolutiva en la superposición arquitectónica y en sus diversas expresiones estilísticas efectuadas sobre prototipos locales, los cuales se han acondicionado y adecuado a las nuevas necesidades, usos, funciones y estilos de vida contemporáneos.

3. La trama urbana fundacional con traza de damero se mantiene tal como fue trazada en la colonia, en el primer tercio el siglo XVI, donde se manifiesta un pausado ritmo de manzanas rectangulares y de calles con una agradable proporción y escala. EN estas calles, un número significativo de edificaciones fundacionales permanecen en el lugar de su localización inicial.

4. La ciudad constituyó hasta mediados del siglo XIX un importante ejemplo de ciudad amurallada, donde se apreciaba un modelo clásico manifestado en una fortificación poligonal de 15 cortinas y 15 baluartes, que delimitaban un ovalo regular que justamente delimita la zona monumental principal de la ciudad a la que se denomina Centro Histórico. En la actualidad, existe aún una serie de restos de esta fortificación.

5. El Centro Histórico de Trujillo mantiene aún una lectura como conjunto armónico en el cual se encuentran sectores de gran calidad plástica, manifestadas mediante valiosas edificaciones arquitectónicas de los siglos XVII, XVIII y XIX insertas en un conjunto de espacios urbano monumentales. Iglesias, conventos y casonas trujillanas, verdaderos palacios citadinos, expresan y fusionan en su diseño los ancestros andinos, moriscos e hispanos de los que son herederos, en una arquitectura sobria y elegante por fuera, y amplia y generosa por dentro, con patios de arquerías, galerías de columnas y techos artesonados, y decoración mural policroma en los muros interiores y exteriores. La escala volumétrica de la arquitectura civil, de uno y dos niveles sirve de marco edilicio para la preeminencia de los edificios religiosos, iglesias y conventos, que definen el perfil urbano. Estos inmuebles mantienen su uso original, habiéndose adaptado en ocasiones a necesidades contemporáneas que preservan su configuración y valores esenciales.

6. Los monumentos históricos presentan importantes manifestaciones artísticas propias de su composición, encontrándose que la ebanistería, los retablos, la escultura y el mobiliario conforman una unidad propia del conjunto. El uso de la decoración mural como elemento característico de la arquitectura virreinal y republicana, recurrente en zaguanes, arcos, fachadas, portadas, patios, habitaciones, etc. Por otro lado, particularidades como la técnica mural y la inconfundible gama de colores trujillanos, así como la ventana trujillana, relevante muestra del despliegue creativo local y notable expresión en el manejo del hierro forjado, complementan los valores de la arquitectura tradicional trujillana.

7. Además de los valores urbanos, edilicios y artísticos, el centro histórico de Trujillo constituye el principal referente de la conciencia ciudadana, no solo por llevar implícito en u configuración cultura, tecnología y valores sociales, sino por constituir en conjunto un símbolo de identidad para la comunidad a expresarse en el compromiso conjunto, liderado por las autoridades, de trabajar por su preservación y puesta en valor.

8. El Centro Histórico tiene un alto significado para la ciudadanía pues constituye un espacio central y convergente de intereses y valores que son compartidos de manera plurivalente por todos los sectores sociales. Es un Centro de encuentro social para el desarrollo de actividades diversas y escenario donde interactúa una amplia diversidad social, cultural y religiosa.

9. Presenta un amplio potencial turístico cultural en conjunción con los sitios arqueológicos de las culturas pasadas, lo que contribuirá a promover el desarrollo socio - económico de la sociedad local y de la región en su conjunto.

10. Trujillo es una ciudad viva de producción cultural permanente con expresiones de identidad y tradición relacionadas con su raigambre, siendo una fuente inexplorada e inexplotada de posibilidades tanto económicas como turísticas.

No hay comentarios: