domingo, 21 de octubre de 2007

2.1.6. La problemática del Centro Histórico de Trujillo

ESTADO DE CONSERVACIÓN
En promedio la edificación antigua de Trujillo muestra un estado de conservación superior al de otras ciudades de traza colonial en el Perú. La edificación en adobe, ladrillos de barro sin cocer, presenta el natural desgaste proveniente de su edad y de su uso a través de los siglos. Es también visible la calidad y la fortaleza de este tipo de edificación que ha podido mantenerse, activa y útil, en su prolongada vida y resistir la fuerza de los eventos sísmicos que eventualmente asolan la región. Tal condición se aprecia en los grandes edificios públicos o semipúblicos como iglesias y conventos, en las grandes casonas típicas de su traza y en la arquitectura llana que las acompaña.

En el inventario y registro que se viene actualizando en coordinación con el Instituto Nacional de Cultura de La Libertad aparece el estado de conservación de los inmuebles de valor del Centro Histórico de la ciudad.

Sin embargo, conviene comentar sobre el estado general de la edificación y de los espacios públicos del precinto histórico. El análisis puntual sobre el estado de conservación de los edificios históricos, realizado a través de la evaluación técnica “in situ”, en estrecha relación con el estado de deterioro de sus componentes arquitectónicos y estructurales, nos demuestra que casi el 49% de los inmuebles presentan altos porcentajes de deterioro, principalmente en las cubiertas. Para definir las categorías de estado de conservación, se han asumido rangos de medición en base al porcentaje de deterioro registrado en sus principales componentes. Así del 0 a 15% de deterioro se considera Bueno, del 15 a 30% Regular, del 30 a 50% Malo y porcentajes de deterioro mayor al 50% se encuentran en la categoría de Ruinoso. Los resultados obtenidos nos indican que el 43.59 % de edificios históricos se encuentran en mal estado de conservación, el 33.33 % en regular, el 17.85% en bueno y en estado ruinoso el 5.13%. En suma, es posible indicar que existe un 48.72 % de edificaciones históricas que requieren intervención inmediata y preventiva.
Es preciso indicar también que existen claras evidencias de inserción contemporánea de carácter permanente, y que predominantemente se ubican en las áreas no techadas, tales como patios, huertas, corredores, etc. En una aproximación general, el 56.4% de unidades evaluadas registran construcciones nuevas con un área promedio de 50 a 100m2, ocupando casi el 7% del área del lote. En la mayoría de los casos tales inserciones son de carácter informal y que atentan no sólo la configuración espacial y arquitectónica del edificio histórico, sino
también a su estabilidad estructural y conservación en general. En conformidad con la distribución de usos de suelo del Centro Histórico, mencionado anteriormente, las edificaciones históricas dan cuenta también de una estructura mixta, donde los propietarios y/o ocupantes han mantenido tales edificaciones principalmente a usos de vivienda tanto en forma exclusiva (59%) como compuesta (41%) con usos de comercio o servicios. El análisis del estado de conservación en relación al uso, arroja resultados polarizados, por cuanto, en edificios históricos utilizados como vivienda el 41.66% se encuentran entre bueno y regular estado, mientras que el 58.34% dentro del rango malo – ruinoso. La categoría “ruinoso” solo se ha registrado en edificios históricos con uso exclusivo de vivienda y bajas condiciones de habitabilidad. Las edificaciones usadas para fines de servicio registran el mayor porcentaje en la categoría “regular” y aquellas de uso mixto: vivienda - servicio, es considerable la categoría regular– malo. Característica recurrente de los edificios históricos es la sub ocupación (54%), reflejada en el abandono de un área significativa del inmueble, principalmente la zona posterior. Consideramos que el estado de conservación, número de habitaciones, amplitud de patios, podrían ser algunas variables que determinen la falta de habitabilidad de determinadas áreas. Para el caso de edificaciones históricas con uso exclusivo de vivienda, el promedio de miembros por familia que ocupa el inmueble es de cinco personas.

Paradójicamente, el deterioro mayor de la edificación en el Centro Histórico se relaciona con el sobre uso de ciertos inmuebles, afectados por la tugurización y, principalmente, a la intrusión de edificación nueva de calidad inferior en el viejo tejido urbano, así como a la implantación de usos del suelo inconformes y perjudiciales para el mantenimiento del valioso entorno de Trujillo Central. La antigüedad promedio de las instalaciones al interior de los edificios históricos, tanto sanitarias como eléctricas es de 25 a 30 años. En cuanto al sistema de agua potable predomina el sistema directo con 53.8%, encontrándose en uso 94.9% y el 2.5% de las edificaciones no tienen conexión. Un porcentaje similar tampoco tienen conexión de desagüe. El sistema eléctrico predominante es el servicio monofásico con 97.4%, presentando características especiales en cuanto al cableado (23.1% con cableado empotrado y 74.4 % con cableado expuesto). Suponemos que la presencia de cables exteriores responde a las continuas modificaciones de uso, en las edificaciones históricas, principalmente en aquellas que acogen usos mixtos, servicios o comercio. El estado de conservación de las instalaciones sanitarias y eléctricas, al interior del edificio, se concentra en la categoría de regular. Apreciación subjetiva, en cuanto no se ha realizado un estudio exhaustivo de cada uno de los sistemas. Sin embargo es claro identificar que una de las mayores causas potenciales de deterioro de los edificios históricos es debido a fallas de los sistemas de agua y desagüe.

Tenencia y Disposición a Futuras Intervenciones
Según las encuestas realizadas, los resultados referidos al régimen de tenencia indica que el 69% de los encuestados se consideran propietarios, el 10% manifiesta su condición de inquilino formal y un 21% refiere que es ocupante de “hace muchos años” o “posesionario”. Es importante acotar, que de la relación régimen de tenencia y estado de conservación, los regímenes “propio” y “alquilada formal” presentan resultados aceptables, mientras que para los “posesionario" los porcentajes de deterioro registrados son muy altos, encontrándose en la mayoría de los casos edificaciones en estado ruinoso. La información obtenida es de fuente primaria, no habiéndose constatado con archivos o documentos legales. En cuanto a la disposición de la población a futuras intervenciones en la edificación histórica, un 73% de encuestados respondieron favorablemente, donde el mayor porcentaje son aquellos pobladores que consideran la edificación como propia.


Vulnerabilidad Física
Tomando en consideración el estado de conservación de las edificaciones históricas, sus principales componentes arquitectónicos y estructurales, así como las condiciones de habitabilidad de sus ocupantes, es posible acotar que la vulnerabilidad predominante ante sismos es alta (97.44%), ante lluvias intensas es media (87.18%) y ante incendios fluctúa entre alta (58.97%) y media (38.46%). En este sentido las vulnerabilidades ante las amenazas analizadas son preocupantes y ameritan medidas de protección y prevención. Se considera “vulnerabilidad alta” cuando más del 40% del elemento expuesto se destruye ante la ocurrencia de la amenaza analizada y “vulnerabilidad media” cuando entre el 20% y el 40% del elemento expuesto se destruye. En general, y aun en estas condiciones, es visible que el corazón de Trujillo mantiene y conserva aspectos de paisaje urbano y proporción de valor considerable como testimonio de la capacidad creativa de los pueblos que la edificaron y que la viven; sin embargo también es importante que junto a cuestiones relacionadas con la conservación física de las estructuras edificadas, se requiere de acciones urbanísticas y normas relacionadas con esa disciplina para la preservación integral del Centro Histórico.

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